martes, 29 de septiembre de 2009

Otros mundos, otras estrellas.

Scientific American presenta este extraordinario video sobre otros planetas y otros soles. Realmente muy revelador, especialmente para quienes hemos soñado con caminar y viajar a otros mundos.





sábado, 26 de septiembre de 2009

Nueva Galeno cinco!!!!

¡Ya está Aquí! La totalmente nueva Galeno cinco. Conózcanla.


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Érase una vez un sueño...

A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX la ciencia ficción sin duda seguía caminos divergentes.
En 1934, un año después que Aldous Huxley escribiera Mundo Feliz, Flash Gordon, el héroe del espacio, aparecía en sus primeros tirajes. La trama –improbable incluso cuando fue escrita, si se le compara con La Guerra de los Mundos de 1898- describe a sus aventuras junto a Dale Arden. Los terrestres arriban al extraño planeta de Mongo gracias a un cohete (un disparate en ese tiempo) construido por el científico Hans Zarkov. Ahí conocen a Ming “emperador del universo”, el cual desde luego planea apoderarse de la tierra. Mientras que Huxley, y más tarde Orwell, advertían los peligros de la ciencia, Alex Reymond (creador de Flash Gordon) distinguía en ella el vehículo para relatar alucinantes aventuras. Esta misma visión sería recapturada por Lucas en “La Guerra de las Galaxias”.

Tan sólo unas décadas antes, el entonces pequeño Robert Goddard había sido fascinado por las fantasías espaciales de H. G. Wells y Garrett P. Servís. El astrónomo Percival Lowell justo anunciaba la presencia de civilizaciones sobre la superficie de Marte. Goddard se posicionó así como uno de los pioneros en sugerir ni más ni menos que al cohete como un medio para el transporte interplanetario.

Este número de Galeno está dedicado a tales soñadores: a los hombres y mujeres que han expandido no sólo nuestra mente, sino incluso nuestro cuerpo, más allá de los confines de la tierra. Tenemos en este número a una verdadera constelación de estrellas: Eileen Collins, primera capitana de un transbordador espacial, junto a los astronautas Danny Olivas y Stephen Robinson; al premio Nobel de física Douglas Osheroff; al director de la misión Voyager, Charlie Kohlhase; al director de la misión Phoenix a Marte, Peter Smith, y al director de la sonda Mars Odyssey, Bob Mase; a Earls Brenner, del Tecnológico de California y experto en cohetería, y a Joy Crisp, directora de proyectos en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena.

Finalmente el psicólogo Gerardo Martínez nos entrega una fascinante reflexión sobre la persistencia de la pseudociencia de la Astrología.


Iremos publicando varios de los artículos aquí. Por lo pronto se puede bajar aquí.




viernes, 25 de septiembre de 2009

Siempre sí hay agua en la luna



Los expertos descartaron su presencia en rocas traídas desde las misiones Apollo por fugas de aire en sus contenedores, pudiendo contaminar a las muestras. Ahora, un nuevo instrumento señala que aquello pudo no haber sido contaminación, después de todo.

Science publica esta semana los hallazgos del un detector puesto sobre el satélite indú Chandrayyan-1, puesto a orbitar alrededor de la luna desde finales del año pasado. El fin del artilugio era crean un nuevo examen sobre la presencia de agua en nuestro satélite. El resultado sugiere que sí.

Ahora bien, es del todo conocido cómo meteoritos o fragmentos cometarios son los grandes distribuidores de agua en el sistema solar. Tan sólo en la tierra, buena parte del agua en nuestros océanos proviene de cometas que chocaron contra nosotros hace miles de millones de años. ¿Cómo es entonces que los científicos sospechan que el agua recién detectada no proviene de este tipo de impactos, y cuál es su teoría para su presencia sobre nuestro satélite? Primero, que el agua fue descubierta más allá de los cráteres ensombrecidos de los polos lunares, a saber, los únicos sitios donde puede sobrevivir a la rápida evaporación por la implacable radiación del sol bañando la superficie de la luna. Dicho en otras palabras, hace mucho se sabe que el agua puede ser vista en ese mundo, pero siempre en antiguos lugares de impacto por meteoritos.

¿Pero cómo es que podría formarse? Un protón es el núcleo de un átomo de hidrógeno cargado positivamente, es decir, no mantiene un electrón “girando” en torno a él, ni se mantiene abrazado a un protón. Por esto es que se les llama a veces núcleos libres de hidrógeno. Las rocas lunares, por otro lado, contienen un 45 por ciento de oxígeno. ¿Cómo unimos ambos elementos para conseguir la molécula de agua?; ¿Cómo unimos un átomo de hidrógeno con dos de oxígeno para el célebre H2O? Merced del “viento solar”, protones expulsados desde el sol como uno de los tantos productos de la fusión de elementos en los hornos solares. Si consiguen pegar con suficiente fuerza a los enlaces de oxígeno en los materiales del suelo celeste (viajando a un tercio de la velocidad de la luz, parece claro que el impacto será fulminante), los llamados núcleos libres de hidrógeno podrían unificarse a los átomos de oxígeno para crear la molécula de agua. Este es un fenómeno que no podría ocurrir en la tierra, ya que el campo magnético de nuestro planeta y su densa atmósfera, evitan el castigo del viento solar.

Es así que 40 años después que se descartara el hallazgo de agua en las rocas traídas desde la luna, termina revindicado. "De alguna manera fuimos engañados," expresa Larry Taylor de la Universidad de Tennessee, Knoxville, quien laborara en las misiones Apollo, y que ahora presenta este estudio. "Ya que las cajas tenían fugas, asumimos que el agua que encontramos pudo haber sido contaminación el aire terrestre.”

Ahora incluso se habla de crear un mapa de agua selenita, pudiendo ser usada como suministro en futuras misiones.

José J. Langarica H.

jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Quiere ser líder? Grite fuerte

Gerardo también me envía el siguiente texto donde descubrimos la triste verdad sobre cómo escogemos a los líderes por su sonoridad y no por su sensatez. Muy revelador, en verdad.


Tema: confianza gana a la inteligencia

Para convertirse en líder hablar alto cuenta más que la inteligencia.

Cuando un grupo de personas se reúne para trabajar en una tarea, usualmente emerge un líder; una reciente investigación, muestra que tales líderes emergen no porque sean más inteligentes que los otros miembros del grupo, sino solo porque hablan más alto.

Investigadores de la Universidad de California en Berkeley, les dieron a un grupo de estudiantes de licenciatura, 45 minutos para resolver un problema de negocios, para posteriormente pedirles que juzgaran que tan inteligentes eran sus compañeros.

Los estudiantes creyeron que las personas que hablaron más seguido eran los más inteligentes. Sin embargo, cuando a todos los estudiantes se les pidió que resolvieran problemas matemáticos, ellos dieron menos respuestas incorrectas que otros que habían hablado menos. Al mismo tiempo, estas personas que habían hablado poco, fueron juzgadas como menos inteligentes y creativos.

Cameron Anderson, el investigador que lidereó el estudio, opina que la principal razón por la cual las personas dominantes toman el control es que ellos saltan primero “al ruedo” y nadie cuestiona lo que dicen porque lo que hablan lo dicen con mucha confianza.

Gerardo Martínez Borrayo

Heródoto y Tucídides

Mi buen amigo Gerardo Martínez me manda esta colaboración sobre los padres de la historia griega, y en cierta forma, de toda la historia occidental (si alguien conoce un equivalente oriental, favor de hacérnoslo saber)

Uno de los mayores aportes griegos fue el concepto de historia; los intentos previos para inaugurarla fueron los trabajos de Hecateo de Mileto sobre la genealogía de familias griegas y los escritos de Evémero, quien se atrevió a decir que los dioses habían sido originalmente personas reales, héroes o conquistadores que luego habían sido deificados.

Pero el sentido moderno de historia tiene su origen en las obras de dos griegos del siglo V a. c.: Herodoto y Tucídides.

Heródoto

Herodoto tuvo la ventaja de haber nacido en una cultura griega periférica (Asia Menor) y pudo aprender de las culturas no griegas; realizó el estudio de la geografía y el sistema de vida de los lidios y los persas, producto de lo cual realizó la historia de las guerras persas; sin ningún documento o persona viva que le relatara lo que había sucedido, tuvo que reconstruir la historia a partir de la tradición oral, los viajes y la observación.


Tucídides

Por su parte Tucídides se centró en la historia política al redactar su “Historia de la guerra del Peloponeso”; era un hombre joven en el año 431 a. c., cuando Atenas comenzó una de sus guerras cruciales, y él decidió registrar su historia, tarea que le llevó 27 años de su vida y que finalmente no terminaría.

La investigación histórica, en el sentido que Herodoto y Tucídides inauguraron, no fue seguida por otros historiadores griegos de la misma importancia; durante la época de esplendor griego, no hubo historia como búsqueda de lo que realmente había acontecido sin más objetivo que el de ampliar el conocimiento del pasado.

Gerardo Martínez Borrayo

Incomprendidos





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A ver, ¿quién no se sintió identificado?

Sonidos

El sonido siempre nos ha fascinado. Pitágoras, quien es el responsable de las octavas en una guitarra, veía en la música una suerte de conexión mística con el universo. Kepler, quien calculó las trayectorias elípticas de los planetas alrededor del sistema solar, hablaba de una armonía de los mundos, como si existieran octavas dictando los desplazamientos de los cuerpos cósmicos.

En el siguiente video podemos ver cómo sonidos agudos o graves proyectan figuras concretas en una bocina. Enjoy!


miércoles, 23 de septiembre de 2009

Leyes de la atracción

Editorial Endira presenta el siguiente texto que encontré de lo más entretenido. Ahí les va.


Ahora resulta que, según Rhonda Byrne dice en su libro y película “El Secreto”, todo radica en la Ley de Atracción. Esa capacidad que todos tenemos de dominar la realidad con el único poder de la mente.

Si yo deseo algo, basta que lo visualice en mi mente, que me lo repita diariamente, y tarde o temprano lo obtendré.

Por supuesto la discusión de que la hipótesis de Byrne se centra particularmente en los deseos materiales, como si eso fuera lo único que pudiéramos desear para sentirnos realizados. Pero ese no es el punto crucial de mi objeción.

Como tampoco lo es el hecho de que la hipótesis (porque una ley no es, ya que no ha sido demostrada científicamente) se centra en el hecho de que cada uno es responsable de sus problemas, dejando de lado la acción de solidaridad social. Es decir, si me voy al extremo, que si yo quiero que llueva haré llover, sin importar lo que geográfica o climáticamente corresponda, y mucho menos lo que los demás deseen.

Si alguien más quiere que no llueva y al final llueve, podré decir que es porque lo visualicé, y aquel que esperaba lo contrario seguramente no lo habrá visualizado correctamente, perdiendo su oportunidad de ser favorecido por la hipótesis (o ley) de atracción.

De la misma forma, si andas paseando por el Metro Balderas en el preciso momento en que un loco grafitero descarga su pistola, como respuesta a su inconformidad por el gobierno, dado que tú visualizaste la idea de vivir muchos años, las balas te rodearán como si tuvieras un campo de fuerza, matando a aquel que no se haya visualizado longevo. Eso le pasa por no visualizar correctamente. El grafitero, por supuesto, no es el culpable.

No. No es ese el centro de la discusión.

El centro de la discusión es el mismo que nos afecta consistentemente en el deporte nacional. Llámense Olimpiadas, Panamericanos, eliminatorias mundialistas, incluso Liguilla del futbol mexicano. La historia se repite una y otra vez en los labios de nuestros honorables deportistas:

-¿Porque consideras que serás triunfador en esta prueba?

-Pues porque tengo una mentalidad ganadora.

¿Y que cree este fulano? ¿Que su contrincante tiene una mentalidad perdedora? ¿Que su contrincante de verdad cree que “Lo importante no es ganar sino competir” al puro estilo de Pierre de Cubertin?

No, pues ojalá que lo visualice bien y que su mentalidad ganadora sea más mental o más ganadora que la de su rival, para que la dichosa Ley de Atracción le favorezca.

Tonterías. Puras tonterías.

Es cierto que la mentalidad ayuda. Lo es también la importancia de la visualización. Pero ambas son solamente el principio que dispara la posibilidad de que las cosas sucedan.

Visualizar es marcarse un objetivo. Fundamental en todo proceso. Si no tenemos un objetivo claro seguramente no llegaremos a donde queremos.

La motivación nos ayuda a recordar nuestro objetivo y a creer que vale la pena alcanzarlo.

Y a partir de ahí comienza lo interesante. Tenemos que saber qué es lo que necesitamos para pasar de donde estamos a donde queremos estar. Tenemos que descomponer ese camino trazado en pequeños grupos de trabajo manejables llamados proyectos. Y después tendremos que partir los proyectos en piezas más pequeñas llamadas actividades, a las que pondremos fecha de realización.

Hasta ahí puro trabajo en el aire. Muy parecido a lo que plantea la Ley de Atracción. Hasta ahí nada hemos hecho para merecer que “el universo conspire en nuestro favor”, si es que tal cosa existe.

Apenas sabemos lo que queremos, donde estamos y cual es el camino a seguir. ¿Que falta para que en verdad se materialicen todos nuestros sueños?

Implementación. Este es el verdadero secreto. Aquel que nunca se nos ha platicado. Aquel que ha hecho que los grandes hombres sean grandes.

Ideas todos tenemos. Pero gente con los suficientes pantalones para convertir esas ideas en realidad se cuentan con los dedos.

Dejemos la mentalidad ganadora de lado y mejor pongamos manos a la obra. Tanto en el deporte como en nuestras empresas.

Espera muy pronto mi libro “Echando a perder se emprende”.

Expertos reprueban a Obama en materia espacial

Lo que sigue es un adelanto de nuestro próximo número, dedicado al año internacional de la astronomía




El plan presupuestado por la administración Obama es incompatible con el regreso estadounidense a la luna, concluye panel de expertos


Los Estados Unidos no podrían regresar a la luna en el futuro predecible de no inyectar un promedio de tres mil millones de dólares al año más al programa espacial. Tal es la conclusión de un grupo de expertos solicitado por el presidente Obama, y guiados por el veterano de la industria aeroespacial Augustine Constantine, con el propósito de establecer un plan de acción para el futuro de la exploración del espacio.

Las conclusiones del panel observan que grandes cambios son necesarios en orden de mantener los proyectos de la actual administración, resaltando los siguientes rubros:

1) La estación Espacial internacional deberá extender su periodo de vida hasta el 2020 en lugar del 2015, como se encuentra actualmente establecido en su programa de vida. Esto implica dotarla de mayores fondos para su mantenimiento, mismos que deberán ser coordinados con las naciones participantes.

2) El trasbordador no sería retirado en el 2010, sino cuando menos hasta el 2011. Más aún, la jubilación del viejo taxi espacial podría ser tan tardía como su próximo reemplazo, el cual probablemente aparezca hasta el 2017, o de otra manera el programa espacial estadounidense tripulado perdería su independencia, requiriendo de otras naciones para el envío de astronautas a la Estación Internacional. De aplazar el retiro del trasbordador en esta forma dramática, el comité observa que significaría un replanteamiento de todo el programa hacia esta nueva etapa, incluyendo las recomendaciones de seguridad hechas por el equipo estudiando el accidente del Columbia, liderado por el físico Douglas Osheroff, entrevistado anteriormente por El Informador.

3) Más fondos son necesarios para la entrada del Programa Constellation (basada en potentes cohetes Ares y una cápsula para la tripulación llamada Orión), si esta ha de funcionar en un plazo razonable. De momento, parece probable que el Ares I, impulsando a la cápsula, y la propia Orión, no despeguen en una misión operativa hasta el 2015, cinco años después del retiro programado del trasbordador, pero más probablemente esto no ocurrirá hasta el 2017.

Recomienda consideraciones para la cápsula Orión, la cual es muy cara, sugiriendo reducirla a cuatro tripulantes.

4) En vuelos a baja órbita el panel recomienda el uso de empresas privadas, asegurando que esta asistencia está al alcance de la mano. Una competencia organizada por parte del gobierno entre las compañías aeronáuticas de los EU, contratando a quienes resulten ganadoras, permitiría a NASA enfocarse en papeles más desafiantes, como la exploración humana más allá de la órbita baja de la tierra, basada en la cápsula Orión.

Estos cambios, contemplando mantener los vuelos tripulados de la NASA, y un regreso a la Luna a mediados de la segunda década del siglo XXI, requieren de tres mil millones de dólares al año adicionales.

José Langarica

lunes, 21 de septiembre de 2009

Federico Solórzano


De nuestro pasado número, dedicado al Año Internacional de Darwin
Entrevista Federico Solórzano

Exhumador del pasado






El ingeniero Solórzano, gran precursor de la paleontología en Jalisco


Las piezas se miran frágiles y diminutas, amontonadas en un contenedor, como si se tratase de un rompecabezas.

“Son de roedor” observa el ingeniero, percibiendo mi distracción.


Las cajas inmovilizaban incontables fracciones de seres que alguna vez corrieron por las praderas del Jalisco prehistórico; entre el pródigo muestrario –en realidad, tan sólo el sobrante de una colección repartida en el museo Regional de Jalisco y el Museo Federico Solórzano de paleontología- no sólo se contaban osamentas de roedores o rumiantes del pleistoceno, plioceno y mioceno: notables, se diferenciaban los restos de cráneos humanos, haciendo imposible no recordar el ensayo de Carl Sagan sobre “el cerebro de Broca”. ¿Cuáles fueron los últimos pensamientos y preocupaciones de los cráneos presentes ante mí? ¿Será posible que el mío propio –o el del lector- vaya a terminar en un reciento similar dentro de miles de años?


Me acerqué a observar una pieza que ha sido la pasión particular del octogenario ingeniero y paleontólogo jalisciense Federico Solórzano: el resto de una quijada o arcada imposible de identificar con un grupo humano conocido en las américas, y más emparentada con sus contrapartes primitivas, como el neandertal.


“Se supone, para el bloque conservador de investigadores, que antropológicamente hablando, y paleontológicamente hablando, nada puede ser más antiguo que el horizonte Clovis (algo así como 14 mil años), y no puede haber otra especie en el continente que la sapiens. Punto.”


Su habla es calma y pausada, paciente: sabe de sobra la incredulidad por su descubrimiento el cual, no deja de sorprender, ha recibido más atención por parte de expertos extranjeros que nacionales:


“Cuando yo presento la arcada a alguno de los especialistas, se interesan mucho ‘¿De dónde es?’ preguntan ‘De Chapala’. ‘¡Ah no!’, se acaba el interés.”


Dicho esto, repara en la integridad con lo cual lo presenta: “Y no crea que comparé la arcada con unos cuantos, la comparé con 1200 cráneos. A ninguno se le parecía. Entonces, la comparé con cráneos prehistóricos principalmente: a todos se parecía. Y pues estamos en México, no estamos en África ni nada de eso (…) No es que yo diga que ese cráneo sea de neandertal o algo así:” y enfatiza cada sílaba “digo que se parece.”

No ayuda al caso particular su advenimiento entre un amplio huesario en poder del ingeniero, sin un origen identificable del cómo llegó ahí:


“Los expertos no lo admiten, porque por lo mismo: no hay en contexto. Inicialmente proviene de Chapala, pero ni se encontró en capa geológica, ni asociado con nada pues no se si lo encontré yo o es de los que yo compraba.”


Gonfoterio rescatado por el ingniero Solórzano


El germen del paleontólogo

George Cuvier hacía a los parisinos no caber en su sorpresa: desenterraba de los mismos suelos de su capital nada menos que los restos de un elefante. ¿Cómo era que un ser tan extraño y silvestre hubiera deambulado alguna vez por terrenos franceses? El 21 de enero de 1796, el Instituto Nacional de Ciencias y Artes de esa nación anunciaba algo no menos extraordinario: los fósiles de los elefantes encontrados en París no se parecían ni a los del elefante africano ni su contraparte asiática; se trataba de una especie “extinta”.


Sensación similar debieron haber sentido los jaliscienses cuando se desenterró el mamut de Catarina, en Zacoalco, y todavía está fresco el hallazgo del gonfoterio de Chapala. El Ingeniero Solórzano estuvo involucrado en ambas extracciones, en la primera como consejero, en la segunda, invitado por su amigo el arqueólogo Otho Schöndube, quien lo saca de apuros ante la anticuada ley mexicana en materia paleontológica, la cual impide la acción directa de un paleontólogo en el acto de desenterrar sus hallazgos:


“El paleontólogo no puede hacer excavaciones: las tiene que hacer el arqueólogo, y entonces dice uno ‘¿Cómo?’ Y el paleontólogo está de mirón.”


Tanto en el caso de Cuvier como en el de Solórzano, se nota el mismo germen del exhumador de fósiles; la misma obsesión por lo poco discernible convirtiendo miles de horas dedicadas a un trabajo metódico en una especie de hedonismo espiritual“cuando a uno le gusta, ¡Huy!; me la pasaba horas enteras en eso.” Confiesa.

“¡A ver, Solórzano!” decía uno de sus maestros, el cual usaba los buenos dotes del joven ingeniero para el dibujo como un eficaz método pedagógico, “¡Pase y dibuje lo que vamos a ver hoy!”. De ahí la gratitud del ingeniero a la paciencia de sus mentores para lo que él llama “su mala memoria”: “Yo dibujaba bien, si usted quiere no me aprendía las cosas bien pero si las dibujaba bien.”


Fue alumno del ingeniero don José Luis Medina Gutierrez, así como de –nada menos que- don José María Arreola, con quienes hacía excursiones al campo del tipo que no puede adquirirse con dinero:


“Era maravilloso ir con esos dos señores” recuerda. “eran dos personas muy inteligentes, muy interesadas en todo, y era un verdadero deleite oírlos comentar sobre geología, sobre paleontología, sobre botánica, sobre todo lo que eran las ciencias naturales. Y ahí fue donde realmente me comenzó a interesar en serio todo lo que era la paleontología.”


En una época donde no era posible estudiar la carrera de biología –menos aún paleontología, profesión a la fecha imposible de estudiar en México-, el ingeniero Solórzano tuvo que apuntar a una franja cercana al blanco: químico farmacobiólogo “no porque me interesara la farmacia, lo que me interesaba era la biología. Fui pésimo para estudiar farmacia: era horrible. Era un peligro para mi estabilidad mental.”


En su primoroso estudio, o en su sótano y ático, donde permanece otra gran colección de fósiles animales o vegetales, me vi abordado por la presencia de una mente cuyo apetito por el conocimiento parecía tan voraz como insaciable, más común en hombres como don José María Arreola que entre el individuo común de todos los días.


“Ahora todos los jóvenes recurren a la computadora y se meten en el Internet a los programas x, pero no hay, realmente, como un buen maestro.”



Los fósiles ya no platican lo que solían hacer

En la marcha de su carrera, el ingeniero Solórzano ha podido ver la transformación sufrida por los dinosaurios magnetizando su imaginación cuando niño; de torpes y pesados reptiles, a criaturas “sino ágiles, cuando menos es otra la manera de trasladarse” a la de entonces, “la manera de comer, la manera de atacar o la manera de defenderse, porque, mediante las computadoras se les ha dado movimiento a las figuras y se sabe más o menos cómo podrían moverse; porqué las colas tan largas, que servían de contrapeso a los cuellos tan largos.”

Al estar Jalisco sepultado por un mar poco profundo en el Mesozoico característico a los dinosaurios, no es probable encontrar restos de estos seres, aún cuando teóricamente sus contrapartes marinas sí debieran permanecer sepultadas y latentes, aguardando en algún apartado recinto por la irrupción de la curiosidad humana:


“Aquí lo que hay mucho son restos del pleistoceno: hay mamutes, hay caballos, hay camello; un poquito menos, del pliosceno, pues hay otras especies: tigre dientes de sable, hay oso, etc. Y del miosceno, un poquito anterior, hay rinoceronte, hay otras especies. El más común es el mamut y el caballo.”


El ingeniero se despidió de mí para regresar a su estudio de lo que ya no existe.

José Langarica


Link:

Conoce el museo de Paleontología de Guadalajara, Federico Sólorzano


José Hernández, los sueños se cumplen




Tenía todo en su contra, pero su trabajo y voluntad se impusieron por encima de los retos

José Hernández Moreno nació en French Camp, California, pero pasó mucho tiempo en la tierra de sus padres, La Piedad Michoacán, o laborando en campos de pepino, remolacha y tomate, en California. La imagen de los astronautas brincoteando en la superficie de otro mundo animaron sus sueños de explorar algún día el espacio. El reto no sería sencillo. Con su título de ingeniero en electrónica, fue rechazado once veces por parte de NASA. Desde el 2001, sin embargo, (¿podría la fecha ser más evocativa?) es jefe del Área de Materiales y Procesos de la División de Ingeniería Estructural del Centro Espacial Johnson en Houston.

“Las imágenes en televisión de los astronautas caminando en la Luna atraparon mi interés por la ciencia y la ingeniería. Así empecé a estudiar con la idea de algún día ser uno de ellos”, explica para El Universal.

Durante la pasada misión del Discovery, Hernández estuvo responsabilizado del control del brazo robótico auxiliando a los astronautas en sus caminatas espaciales colocando equipo nuevo en la estación espacial internacional.


José Hernández asiste a Danny Olivas, otro astronauta de origen latinoamericano

“Las imágenes en televisión de los astronautas caminando en la Luna atraparon mi interés por la ciencia y la ingeniería. Así empecé a estudiar con la idea de algún día ser uno de ellos”

En la red social tweeter, escribe “Desde el Discovery comparto estas palabras con mis lectores, sobre todo los jóvenes. No lo olviden, la clave está en aferrarse a sus sueños. Todos los tenemos y no hay que permitir que éstos se disuelvan en la cotidianeidad. Y cuando se logran alcanzar, es importante que sirvan a nuestra gente -yo no la olvido, y quiero ayudar a otros a cumplir sus logros- porque ¿de qué sirve llegar a la cima de una montaña si no tienes con quien compartir un abrazo de triunfo? Los logros jamás son individuales, siempre hay alguien tras ellos: una familia, institución, amigos, personas que depositan en uno esperanzas, sueños y anhelos.”.


Entre tanto, el poblado de Ticuitaco, en Michoacán, planea ya erguir un museo de ciencia en honor Hernández, con el propósito de inspirar a otros a atreverse a soñar y trabajar como este “astronauta mexicano”. El alcalde Ricardo Guzman dijo: "José Hernández es un ejemplo para la juventud.”

Esperemos pronto tener la oportunidad de platicar con él

jueves, 17 de septiembre de 2009

Haumea


Haumea es el miniplaneta iniciando el debate sobre a quiénes entre estos cuerpos deberíamos considerar propiamente “planetas”, y a quienes, por otro lado, en una categoría diferente: la de “mini planetas”. La asociación astronómica mundial temía, entre otras cosas, que en la medida que estos mundos surgen a las afueras del sistema solar, su continua inclusión mantuviera en perpetua obsolescencia a los libros de texto.





Pero Haumea es un mundo intrigante por otras razones. Su forma es elíptica, como un balón aplastado. Su diámetro es como el de Plutón. La rapidez con la cual gira sobre su eje explica su rara morfología (consigue un giro total cada 3.9 horas). Ahora también resulta que Haumea posee una mancha oscura en su superficie, como lo informa Pedro Lacerda, astrónomo de la Queen University en Belfast, en Irlanda del Norte. Lacerda presentó su observación en en el congreso de ciencia planetaria celebrándose en Postdam, Alemania.


Según explica el diario ABC de España, la mancha puede venir de un impacto reciente.


“Lacerda cree que la mancha puede haberse formado como consecuencia de un impacto reciente. Uno lo suficientemente grande como para romper la espesa capa de hielo que cubre la rocosa superficie del planeta y mostrar lo que hay debajo, aunque tampoco se descarta que los materiales detectados procedan en realidad del impactor y no del propio Haumea, o que sean una mezcla de ambas cosas. Según Lacerda, las oscilaciones detectadas en el brillo de la mancha «no son las que se esperan ver en una superficie uniforme. Ahora realizaremos una epectroscopía completa de la mancha para determinar su composición química y resolver el misterio de su origen».”

“Una de las interpretaciones más plausibles de estos datos es que la mancha sea extraordinariamente rica en minerales y componentes orgánicos, mezclados con el hielo que cubre la ovalada superficie del planeta.”


Más información en:


http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=haumea-dark-red-spot







martes, 1 de septiembre de 2009

Nuevo contador

Acabo de poner un contador para poder conocer cuántas personas nos visitan. Saludos!

Abusadillo desde chiquillo

La habilidad para comprender ideas científicas –o no- puede comenzar muy temprano: en la niñez.

A lo largo del siglo pasado y todavía en el presente se puso de moda demostrar como “la nueva física” (aquella venida de Einstein, o en su caso, la mecánica cuántica) desafiaba al sentido común. La verdad es que la ciencia no ha estado haciendo otra cosa desde el principio que demostrar como lo que llamamos sentido común está sencillamente equivocado.





Como un ejemplo, consideren los bucles presentados en la ilustración. Si una pelota entrara por la parte más alta del bucle, ¿qué trayectoria seguiría al salir, A o B? Sorprendentemente, un gran número de personas eligen la opción B (por continuar la curva que la pelota sufrió dentro del bucle) que la opción A, la cual es la correcta. Precisamente porque con frecuencia la naturaleza se comporta de manera distinta a como la mente humana esperaría en un examen a priori, es que la ciencia es un reto para casi cualquiera.

“Estudios psicológicos recientes dejan claro que los bebés no son ‘tabletas en blanco’” escriben Paul Bloom and Deena Skolnick Weisberg en el número de Science del pasado 18 de mayo, donde se hace un compendio de lo que varios investigadores (Bloom y Skolnick incluídos) han encontrado a este respecto; “incluso” continúa Bloom “los niños de un año poseen un rico entendimiento tanto del mundo físico (una ‘Física ingenua’) y el mundo social (una ‘psicología ingenua’). Los bebés saben que los objetos son sólidos, que persisten en el tiempo (aún cuando no se les vea), caen al suelo si no se les sostiene, y no se mueven hasta que se actúa en ellos. También comprenden que la gente se mueve de forma autónoma en respuesta a eventos físicos y sociales, actúan y reaccionan de acuerdo a sus objetivos, y responden con emociones apropiadas a diferentes situaciones”.


“Lamento decirte esto -¡ya que eres un periodista!”– nos dice, “pero no creo que los medios jueguen un gran papel en esto."


Boom y Sknonick se han interesado en cómo los adultos pueden poner resistencia a determinados hechos científicos –alegando que no parece “intuitivo” o “natural” (el típico “no me hace clic”)- quizás, alegan, por eventos que afectaron su desarrollo intelectual durante su infancia.

La idea de que todo en el mundo debe tener un propósito de la misma manera que la decoración de una sala, posiblemente está profundamente escrito en nuestra estructura cerebral y es reafirmado a través de la formación personal. Los niños están seguros de que el propósito de las nubes es “hacer llover.” ¿Podría ser de otra forma?

“Creo que el trabajo con niños es una maravillosa manera de mirar a la naturaleza humana, a lo que tenemos (todos) en común” responde Bloom a El Informador. “En particular, investigaciones con bebes y niños muy pequeños nos pueden hablar sobre los patrones del pensamiento antes de su exposición a cualquier cultura particular”.
Los investigadores conceden al ambiente comunitario una poderosa influencia en el afianzamiento de dichas ideas, especialmente si figuras icono de dicha sociedad insisten en rechazarlas (como sucede con la evolución): “La resistencia” escriben, “persistirá a través de la adultez si las afirmaciones científicas hayan oposición en una sociedad, y serán especialmente fuertes si hay una alternativa no científica que está enraizada en el sentido común y defendida por gente que se piensa son confiables y creíbles”

No obstante, Bloom en lo particular no piensa que los medios ocupen un papel especialmente relevante:

“Lamento decirte esto -¡ya que eres un periodista!”– nos dice, “pero no creo que los medios jueguen un gran papel en esto. Creo que estos sistemas de pensamiento están afianzados en primer lugar en los niños mucho antes de que puedan leer o ver televisión. Si bien los medios pueden apoyar estos sistemas de creencias en los adultos, ello no explica el porque existen en primer lugar.”

Finalmente, Bloom parece sugerirnos que este aprendizaje es algo que podemos dominar a través de la educación, pero -para bien o para mal- no evitar.

“No creo que debamos cambiar la manera en la cual tratamos a los bebés. Los hallazgos experimentales muestran que ellos tienen un entendimiento temprano muy claro de los mundos físico y social; esto emergerá naturalmente, no se necesita enseñanza. Los padres deben tan solo disfrutar de la compañía de sus bebés y pasarla bien con ellos. Podemos sobrellevar conscientemente nuestro entendimiento natural a través de la educación y la ideología. Por ejemplo, podemos llegar a comprender que el dualismo (la separación entre cuerpo y alma) está equivocado. Pero hay límites: creo que todos retenemos esta comprensión natural a un nivel intuitivo o visceral”.

Percepciones humanas y error

Desde el punto de vista humano una serie de eventos físicos parecen tener una explicación clara (y equivocada):


La tierra es plana

El alma y el cuerpo son entidades diferentes

El sol (y todo el cosmos) girar alrededor de nuestro planeta

La tierra no es especialmente antigua


Galileo y el lanzamiento de proyectiles


Por siglos, ingenieros y matemáticos intentaron describir la trayectoria de un proyectil luego de ser disparado, auxiliándose de líneas y círculos. Fue Galileo quien se interesó en las especulaciones de un matemático griego llamado Apolonio de Perga, el cual estudió las secciones cónicas, incluyendo la parábola. Ahora sabemos que un proyectil bajo la influencia de un campo gravitatorio precisamente escribe una parábola. Desde esta perspectiva, cualquier niño de sexto de primaria sería mejor artillero que los profesionales contemporáneos de Galileo. Pero era más fácil pensar en círculos y líneas que en parábolas (resultaba “más natural”) Por cierto, las cavilaciones matemáticas de Apolonio no tenían aplicación alguna cuando este trabajo en ellas (y Apolonio jamás se interesó en dichas aplicaciones).



José Langarica