
El Diccionario de la Lengua Española define que misterio es: Cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar.
El término justifica su existencia: Hay demasiadas cosas en nuestro universo, y ahora mismo la mayoría no puede comprenderse o explicarse del todo.
Pero misterio tiene otros usos. El mismo diccionario también explica que misterio puede ser: Arcano o cosa secreta en cualquier religión // En la religión cristiana, cosa inaccesible a la razón y que debe ser objeto de fe.
¿Habrá en realidad cosas que son intrínsecamente misteriosas? ¿Qué tan correcto es usar la palabra misterio en frases que se han hecho cotidianas como “Misterios de la naturaleza” o “Misterios de la mente”? Vale la pena comentarlo un poco.
COSAS QUE NO PUEDEN COMPROBARSE
Cuando no hay testimonios o –aún mejor– evidencias de hechos o cosas del pasado, digamos como la cantidad exacta de cabellos en la cabeza de Alejandro Magno o algún dato parecido, podríamos decir que estamos frente a un misterio. Otro misterio podría ser, por ejemplo, qué es lo que está pasando por la mente de alguien, si no desea comunicarlo.
Estas cosas no pueden comprobarse de forma absoluta y a veces ni siquiera un poco. De acuerdo a la definición pueden ser llamados misterios, pero se trata de misterios de naturaleza simple e intrascendente: Independientemente del interés que alguien en específico pueda tener en ellos, es poco el efecto real que pueda esperarse de tal desconocimiento.
“MISTERIOS” PERSONALES
Algunos conceptos matemáticos resultan ser verdaderos “misterios” para algunos. Para otros más, su propio misterio personal serán cosas como la ubicación en un mapa de Azerbaizan, el cómo se hace para que la yema de un huevo duro no se ennegrezca o el mensaje de fondo (si lo tiene) de la película Eraserhead de David Lynch.
Por supuesto. En todos estos casos no se trata de un misterio real en el sentido de que no sea posible comprenderse o explicarse. Calificarlos como misterio es una simple hipérbole para ilustrar el grado de desconocimiento sobre un tema. Para tal caso, siempre se señala que el “misterio” es tal, únicamente para la(s) persona(s) en cuestión.
Por cierto, el que dos o más personas consideren misterio la misma cosa no lo convierte automáticamente en algo “imposible de ser entendido”, esto es, un misterio en el sentido estricto de la palabra. Puede tratarse de un simple caso de ignorancia (y pocas ganas de investigarlo). Esto es algo bueno de tener en mente antes de avergonzarnos a nosotros mismo mediante encontrar “misteriosas” cosas que para otros están muy claras (personas como Jaime Mausán debieran tomarlo todavía más en cuenta antes de hablar).
FALSOS MISTERIOS
Finalmente, tal como decíamos antes, en una de sus acepciones, misterio, se refiere a algo inaccesible a la razón, implicando la idea de algo elevado, algo que supera nuestras capacidades cognoscitivas como especie, y que quizá por lo mismo ejerce cierta fascinación sobre muchos de nosotros, ‘pobres humanos ignorantes’.
No puedo dejar de lado el significativo hecho de que el diccionario a que me refiero cita dos acepciones para misterios que son declarados tales por la religión. Esto despierta mi suspicacia y me hace preguntarme si no es una simple argucia para evitar cuestionamientos sobre algo. Cobijado por esta protección, si el concepto que se califica de misterio es injusto, contradictorio, inconsistente o simplemente falso, no habrá mucho que quede por hacer: “Es un misterio, no puede usted aspirar a comprenderlo. Mejor recurra a la fé”.
Y hasta allí es malo (imagine lo que hubiera significado para el progreso humano el que todos aceptaran la imposibilidad de entender algo: ¡Seguiríamos en la edad media!), pero por lo menos el misterio se limitaba a la religión y a quienes les satisfagan respuestas tipo “no te lo explico porque tu cabecita no lo soportaría” o "las maneras de obrar de Dios son un misterio para el hombre". El problema viene cuando frases como “el misterioso triángulo de las Bermudas”, “la misteriosa cara de Cydonia (en Marte)” o “el misterio del arca de la alianza judía”, pretenden hacer de estos, casos supuestamente elevados e imposibles de comprender (¡?) por cualquier ser humano.
La etiqueta misterio vende bien. Solo vea los títulos donde aparece este término (incluso en las malas traducciones de películas). De pasada, esta etiqueta ayuda a “justificar” la falta de interés por encontrar respuestas válidas y, por supuesto, mantiene siempre vigente cualquier libro sobre temas “misteriosos”.
En realidad, quienes encuentran misteriosos estos asuntos suelen ver inalcanzable el logro de una explicación satisfactoria porque insisten en que ésta incluya argumentos que contradicen todo lo que conocemos; y ante la imposibilidad de probarlas formalmente, o siquiera lograr una teoría coherente, simplemente optan por la solución más directa: declararlas un misterio. Una vez hecho, el concepto en cuestión ya no se expone a los demás para buscarle una justificación lógica, sino para invitar a los que atestiguan esto a detenerse en azorada contemplación y luego concluir de manera torcida que, con todos sus logros, al final 'la ciencia no tiene respuesta para todo'.
Y en esa atmósfera, se permiten ligeras revisiones sin solución final de los llamados “misterios”, que incluyen explicaciones descabelladas e igualmente misteriosas. Si las explicaciones fueran las apropiadas, el asunto correría el gran riesgo de poder probarse falso con facilidad, y con ello perderían su carácter misterioso. ¡Pocas cosas debe haber tan nefastas para la mercadotecnia como un misterio resuelto!
Así que, la definición existe (y así, cualquier significado dado a misterio es aceptable, precisamente ‘por definición’), y es bien aprovechado por las religiones, mediante tomar la precaución de llamar misterio a muchas de las cosas que imponen (la trinidad, las contradicciones, etc.). Pero la pregunta sería, ¿existen de verdad cosas que por sí mismas son imposibles de ser comprendidas? O, ¿pertenecen a esa categoría cosas de las que oímos a diario como: la manera en que funcionan algunas pseudomedicinas o las manifestaciones apócrifas de fenómenos difíciles o imposibles de reproducir? No lo creo. Demasiado conveniente. Quizá las cosas que son misterios estrictos, solamente lo sean por definición y con mucho en contra.
Por todo lo anterior, a partir de hoy no se impresione mucho cuando alguien califique de misterio a algo. Muchas cosas declaradas misterio no lo son en un sentido estricto y la mayoría, con el avance de la ciencia terminarán resolviéndose. No hay razones para creer lo contrario. Si por otro lado, es usted quien encuentra misterioso algo, investigue más. Conozca más.
Pero si usted acepta que cualquier cosa le sea exhibida como misterio, y con ello se resigna a aceptarla sin más, se convierte de inmediato en víctima potencial del engaño y sus consecuencias. De nuevo, ser escéptico es una forma más segura de ir por la vida.´
(Artículo enmendado para mejorar la precisión, gracias a la observación de un buen amigo).