miércoles, 27 de enero de 2010

HAARP y el terremoto de Haití





The Lone Gunman

Si usted es fan los recordará, si no se los presentamos. Mulder y Scully, personajes de la famosa serie The X Files, recurrían cuando había oportunidad a un trío un tanto desequilibrado: “The Lone Gunman” o,   como es más o menos su equivalente en castellano, “El Matón solitario”. El nombre era una referencia a Harvey Lee Oswald, asesino de Kennedy de acuerdo a la historia oficial. Pero esta, como cualquier versión oficial de la realidad, era tomada en broma en el boletín que publicaban con el mismo apelativo del equipo. 


Para asombro del grupo, su cariz paranoide palidecía comparado con las ocurrencias de Fox Mulder: “Por eso nos caes bien” confiesa uno de ellos en su capítulo debut, “tus ideas son más locas que las nuestras” manifestando así cómo sus teorías sonaban algo insensatas incluso para ellos.

Las conspiraciones en efecto ocurren en el mundo real, independientemente de la parodia de los Lone Gunmen: Rasputín, Zapata y Lincoln fueron todos hechos muertos merced de conspiraciones. El arte es detectar cuando en efecto ocurren, y cuando tan sólo responden al impulso humano de encontrar un patrón donde no existe.

Alimentado por la indiscutible impericia de las autoridades en materia judicial y peor manejo de la comunicación, México es un país fértil para las teorías de conspiración que se abona -por si faltara algún ingrediente-, gracias a una corrupción rampante. Ello no es indicativo, impero, de que toda idea chiflada sobre el gobierno sea cierta a priori. Y así como los mexicanos desconfiamos de nuestro gobierno, la fe en nuestro vecino del Norte no es ni con mucho mayor. He aquí otro campo fértil para la conspiración.

Como es bien conocido, el martes 12 de enero un terremoto sacudió la Isla de Haití. El suceso tuvo lugar en la Falla Enriquillo-Plaintain Garden corriendo 16 kilómetros desde Puerto Príncipe, y es la intersección de las placas de Norte América y el Caribe. Estas se deslizan lentamente una sobre la otra ocasionando una falla del mismo tipo a su contraparte en California (la falla de San Andrés), y como esta, la falla de Enriquillo-Plaintain Garden ha estado acumulando presión durante casi dos siglos, hasta que ese día  (con sus réplicas subsecuentes) se liberó.

El sismo tuvo una intensidad de 7 grados Ritcher. Las condiciones del terreno fangoso bajo la capital de Haití, más la mala condición de los edificios acrecentó el daño más de lo que hubiera causado en otra localidad castigada con una sacudida igual. Al día de hoy la macabra cifra de descensos alcanza los 150 mil en lo que sin duda una de las grandes tragedias de la historia moderna.

 Muchos dejaron rienda suelta para sus propias fobias y prejuicios tras el suceso. Un supuesto experto apareciendo con el “periodista” Ricardo Rocha  (creo que se ha ganado a pulso las comillas; su última cruzada fue negar la existencia del virus del SIDA) declaró irresponsablemente cómo el terremoto pudo haber sido a causa del gobierno de los Estados Unidos. ¿El móvil? Tomar posesión miliar de la isla. ¿Pero cómo se puede causar un terremoto? De acuerdo al entrevistado, merced de ondas electromagnéticas de alta energía lanzadas desde Alaska, a las cuales se les hace coincidir en un sitio particular de la falla, creando una sacudida como lo hizo. El nombre del proyecto es Haarp y La periodista Sharon Weinberger lo ha llamado “el Moby Dick de las teorías de conspiración”. Después de revisar la interminable letanía de acusaciones contra el aparato (cambios climáticos, erupciones climáticas, lectura del pensamiento), más parecería “la máquina del diablo”.

Se trata de una declaración tan lamentable e irresponsable como es posible trazarla. Por principio el proyecto HAARP no tiene nada qué ver con cambiar el clima, sino con el estudio de cómo los cambios en el campo electromagnético en la ionósfera de la tierra afecta las telecomunicaciones (la ionósfera es una zona intermedia entre la atmósfera y el campo magnético exterior de nuestro planeta). Las antenas no son direccionales, sino que están fijas, como las viejas antenas de televisión, además de que, por ser de alta frecuencia, la mayor parte de la señal escapa al espacio (esta es la razón por la cual los radios de onda corta, no los de alta frecuencia, tienen mayor alcance, porque la atmósfera de la tierra rebota sus ondas). 

Por último, no hay forma de saber cómo dichas ondas podrían penetrar diez kilómetros bajo la superficie del planeta, que es donde el sismo se crea.  La idea es un disparate de principio a fin, y sin embargo mucha gente (algunos incluso con estudios universitarios) le dieron el beneficio de la duda, una muestra más de cómo las fobias son más poderosas que la razón. 

Personalmente creo que si el malvado Tio Sam fuera capaz de semejante fechoría, ¿por qué no mejor habría de utilizarla en Cuba, una nación donde ya tienen una base y que además es hostil a los Estados Unidos?

Y como dirían los Mythbusters de la televisión: ¿Estados Unidos creó un terremoto en Haití? Busted. 


PD: El terremoto ocurrió un martes 12 y no un martes 13, como la superstición haría pensar.

1 comentario:

  1. Muy bueno Joseph, y uno de mis temas favoritos. El afán de encontrar misterios y conspiraciones a donde se mire. También, cómo muchos participan a esto. Saludos.

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