martes, 22 de junio de 2010

Muchas Gracias!

 Muchas Gracias!

Gracias a quienes nos siguieron en el proyecto de Revista Galeno.  Gracias por habernos hecho posible compartir la belleza de la ciencia.

Ahora, luego de una pausa, un proyecto nuevo renace de sus cenizas para volver como nunca antes: se trata de Crónicas Jónicas, un canal de televisión por internet.

El nuevo blog está localizado aquí

Si te gustaba Galeno, Crónicas tendrá todo lo que ofrecíamos en Galeno y más.




Tenderemos conversación con los creadores de la ciencia a nivel local, nacional e internacional a través de este nuevo foro, el cual pude ser consultado en http://videociencia.tv.

Como siempre, el punto es divertirse a través de las revelaciones, misterios y retos que cada día nos otorgan la ciencia y la tecnología. Les garantizamos no se aburrirán.

Bienvenidos!

viernes, 5 de marzo de 2010

Agua en Marte, ¿o no?

Los medios celebran la nueva confirmación de vida en el pasado marciano. ¿Pero en verdad es hora de sacar las serpentinas?

La sonda MRO reproducida por un artista
Pocas cosas tan anunciadas como la segunda venida de Cristo o el hallazgo de vida en Marte. Tan sólo esta semana un importante diario nacional da luz a la feliz noticia, no del regreso de Jesús, sino de vida en el mundo rojo. ¿Pero es cierto? Y de serlo, ¿por qué tal evento habría de ser tan especial? Para comprender esto debe primeramente servirse un vaso con agua.

El agua líquida contenida en un vaso con agua existe un sólo lugar en todo el universo conocido, en un pequeño planeta cubierto en dos terceras partes por esa sustancia. Y así ocurre también en nuestro cuerpo, porque la vida se inició en el mar, y hasta la fecha muchos procesos vitales requieren de un medio emparentado a donde surgió la vida hace cuatro mil millones de años.

Gracias a misiones como el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA, sabemos que en la misma época en que brotaba la vida en la Tierra, Marte poseía probablemente condiciones climáticas tremendamente similares a las de su vecino, incluyendo al agua líquida. Esta semana el MRO lleva el juego a un nuevo nivel, cuando revela masas de hielo sepultadas en lugares donde no se tenía conocimiento que pudieran existir: bajo la superficie de latitudes medias al Norte de Marte 

"La hipótesis es que toda el área estuvo cubierta con una capa de hielo durante diferentes periodos climáticos, y cuando éste se secó, los depósitos de hielo permanecieron cubiertos por tan sólo un manto de polvo, protegiéndolo de la atmósfera”, señaló Jeffrey Plaut, investigador del JPL de la NASA en un comunicado de prensa.
 Deuteronilus Mensae hace algunos miles de millones de años, tal vez

Tales depósitos se extienden por centenares de kilómetros en una región entre el ecuador y el polo norte marcianos, a la que se conoce como Deuteronilus Mensae. "No se trata de características aisladas. En esta zona el radar (de MRO) está detectando hielo subterráneo en muchos lugares", insite Plaut, quien ha anunciado el descubrimiento en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria realizándose en las cercanías de Houston. 

Así pues –¡lástima!-, no se trata de vida en Marte. Es sin embargo un avance más en la trepidante novela revelando los secretos de este planeta. La planeación de futuras misiones al mundo rojo seguro encarnaran las consecuencias inmediatas de este descubrimiento, en particular en el envío de peforadoras para explorar las capas enterradas de hielo, fundamentales en la comprensión del drama ocurrido en un mundo tan similar al nuestro, convertido ahora en un inhóspito yermo polar.

José J. Langarica H.

Volcanes y erupciones

International Narcotics Control Strategy Report

 ¿Podrían ocurrir erupciones volcánicas en Chile como respuesta a los movimientos telúricos? Algunos expertos piensan que sí.

“Esperamos ver un ascenso en la actividad volcánica en los próximos 12 meses”, observa en la revista New Scientist David Pyle, vulcanólogo de la universidad de Oxford. Se refiere al temblor de 8.8 grados que sacudiera Chile el pasado 27 de febrero, y sucede que ni por asomo es el primero.

Una de las primeras personas en relacionar el vulcanismo chileno con los movimientos telúricos fue el naturalista inglés, Charles Darwin. En documentos que nos han quedado observa cómo un terremoto ocurrido en la costa de Chile en 1835 parecía resucitar viejos volcanes y hacer más activas a sus contrapartes vivas. Estos eventos, dicho sea de paso, no ocurren en cualquier lugar del globo terráqueo. El 80 % de ellos suceden en los bordes del Océano Pacífico, mientras que un 15 % lo hace en una faja que cruza de Este a Oeste al Mediterráneo. Ambos territorios se caracterizan no solamente por su actividad telúrica, sino también por ser “tierras de volcanes”.

Pyle y un grupo de expertos corrobaron esta observación el año pasado en Chile, demostrando que los incrementos de actividad volcánica siguen a terremotos a lo largo de la línea costera. Luego de un temblor de 8.3 grados de 1906 y uno de 9.5 en 1960, por ejemplo, fueron seguidos un año después por entre tres y cuatro erupciones volcánicas alejadas por tan sólo 500 kilómetros del epicentro; una rareza inesperada y hasta cierto punto inexplicable a no ser por su supuesta relación con lo temblores de tierra.

El terremoto de la semana pasada ocurrió en la misma sección de la falla causada por aquel otro observado por Darwin en 1835. "Usaremos mediciones por satélite del calor y de deformación, y mantendremos un ojo en todo el conjunto de volcanes, desde Llaima en el Sur hasta Tupungatito en el Norte," dice Pyle.

Por fortuna, el riesgo para la población creado por esta factible actividad volcánica muy probablemente sea mínimo. "En volcanes que hoy están activos, podremos ver un incremento de flujo y de explosiones, pero no esperamos ver un peligro aumentado significativamente. " dice.

José Langarica

martes, 9 de febrero de 2010

Gases, líquidos y Presión

 
La Tierra: dos terceras partes de su superficie son agua

Tomamos a los líquidos más o menos por sentado. De cuando en cuando pensamos en sus únicas propiedades: las olas en el mar, por ejemplo, o la manera en que podemos colorear un contenedor tan sólo poniendo un líquido en él, pero nuestro asombro a penas y atraviesa este umbral. La realidad es que los líquidos se encuentran entre las substancias más raras del universo y buena parte de la astronomía mundial se ocupa en su búsqueda en otro lugar que no sea la Tierra. Esto es cierto de los líquidos en general, pero especialmente cierto para un líquido particular: el agua.

El agua líquida requiere de circunstancias más bien raras para existir. Solo puede ser encontrada a temperaturas fluctuando entre los 0 y los 100 grados centígrados y en atmósferas tan densas como la de la tierra, la cual es aproximadamente de 100 kilopascales. En mundos con diferentes presiones sería posible congelar el agua a temperaturas superiores a los 0 grados centígrados, o hacerla hervir debajo de los 100 grados. Con pequeñas variaciones esto incluso sucede en la tierra, en la medida que la presión de la atmósfera varía dependiendo qué tan cerca o lejos se encuentre uno del nivel del mar. Pero lo cierto es que planetas con la dosis exacta de presión atmosférica y temperatura creando agua líquida son raros en el cosmos. Hasta este momento no ha sido posible encontrar ninguno.
El objetivo de las misiones Kepler y Phoenix está íntimamente relacionada con la búsqueda de agua: en el caso de Kepler es encontrar planetas capaces de mantener agua en la atmósfera, mientras que para Phoenix, es la localización de agua congelada en Marte.

Lo cierto es que, como dirían los hippies, el agua “fluye”: no es tan rígida como los sólidos, ni superficial como los gases. ¿Por qué? 

Elementos y vacío

Los átomos son los constituyentes fundamentales de los elementos químicos. Los átomos, a su vez, se sujetan en estructuras llamadas moléculas. En el caso de los sólidos, las moléculas poseen una estructura firme como una pared de ladrillos; para los gases, las moléculas son pequeñas y se detienen muy sutilmente unas con otras. En los líquidos, las moléculas se organizan en estructuras lo suficientemente libres para que resbalen unas sobre las otras, como niños tomados de la mano en grupos y paseando unos con otros.

¿Cuál es el mecanismo condicionando la conversión de un estado a otro? Fundamentalmente dos: la presión y la temperatura. Aquí estudiaremos al primer protagonista, la presión.

Los griegos fueron los primeros en tratar de entender a las substancias mediante una explicación racional, y aunque sus razonamientos son un tanto extraños para nosotros, el que intentaran comprender su entorno en lugar de dado por sentado, u cederlo al misterioso mundo de los dioses, fue ya un progreso muy significativo. Así, decían que el mundo se componía de cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego. Ninguno de ellos es un elemento tal y como aparecen en la actualidad en la tabla periódica. El aire es un gas, el agua una substancia líquida, la tierra un compuesto de substancias tan diferentes como es posible imaginar, y el fuego un estado de la materia conocido como “plasma”. Esta clase de especulaciones invadieron el terreno de lo que hoy conocemos como presión. 

Consideremos la bomba de agua. Mediante un pistón se aprieta un contenedor desembocando a un depósito de agua, sacando el aire creando un vacío. Pero el filósofo griego Aristóteles decía que la naturaleza “odiaba al vacío” (el horror vacui de los latinos, el miedo a «la nada»), y que merced de esta fobia lo llenaba de lo que tenía a la mano, en este caso agua. Para Aristóteles el universo era como si pensara, sintiera, tuviera filias o fobias.

Galileo, como era su especialidad, cuestionó las enseñanzas de Aristóteles. Ya lo había hecho anteriormente cuando señaló –con razón- que una pluma y una roca caerían al mismo tiempo en el vacío. Sin embargo, murió antes de poder realizar un experimento demostrando o no las suposiciones de Aristóteles, dos mil años antes.
 
Evangelista Torricelli

El barómetro

Su estudiante, Evangelista Torricelli, terminó lo que su maestro no pudo en el año de 1644. Escogieron el mercurio (que es treinta y una veces y media más denso que el agua), del que llenaron un tubo de vidrio, de 1 m de longitud aproximadamente, y, cerrando el extremo abierto, introdujeron el tubo en una cubeta con mercurio y quitaron el tapón. El mercurio empezó a salir del tubo y a llenar la cubeta; pero cuando su nivel hubo descendido hasta 726 mm sobre el nivel de la cubeta, el metal dejó de salir del tubo y permaneció a dicho nivel. Es decir, ¡la naturaleza no había llenado el vacío! Casi una tercera parte del tubo se había quedado sin aire sin que el mercurio recurriera a su llenado.
Diferentes tipos de barómetros

Pero había más. El mercurio tampoco subía siempre a la misma altura. En 1660 el científico inglés Robert Hooke observó cómo su nivel disminuía poco antes de una tormenta. Este fue un elemento crucial en una ciencia naciente: la meteorología. A la invención de Torricelli y otro alumno de Galileo, Viviani, se le dio el nombre de barómetro, y Viviani fue el primero en sugerir que el mercurio era sostenido por el peso de la atmósfera: cuánto mayor fuera el peso de la atmósfera, tanto más bajaría el mercurio. A más ligera, mayor sería su nivel de ascenso.

Descripción física de Presión

En física, la presión se establece como la fuerza divida entre el área sobre la cual actúa.

Presión = Fuerza/área

De modo que hay dos formas de aumentar la presión: incrementando la fuerza, o bien disminuyendo el área.

Para visualizar esto se pide experimentar la presión que se efectúa manteniendo un cuaderno con hojas tamaño carta en nuestra mano: Si lo recostamos de forma tal que la “cara” del cuaderno descanse en nuestra mano, sentiremos una presión muy diferente a si lo levantamos y dejamos que sea la parte de las hojas la que toque la piel.

Mediante la segunda ley de Newton se establece que la fuerza es resultado de multiplicar la masa por la aceleración (F=ma), en este caso la masa es la fuerza del cuaderno multiplicada por la aceleración de la gravedad, que es aproximadamente de 9.9 m/s2. Esa fuerza, es el peso del cuaderno, y evidentemente no cambia si lo tengo de una forma u otra. Lo que si cambia es la superficie del cuaderno, y por lo tanto el área donde se aplica la fuerza. A eso se le conoce como presión. Recordémoslo: la presión es una fuerza en un área, o en términos matemáticos la fuerza dividida entre el área. Si queremos aumentar la presión sin cambiar la fuerza, lo que queda a hacer es disminuir el área.

En futuros artículos hablaremos de una cualidad fundamental de los líquidos: el principio de Arquímedes.

sábado, 6 de febrero de 2010

Malos argumentos y fallas de lógica (parte III)

lo siento Homero, pero no has probado tu punto...


Sigo y finalizo por ahora con la serie de ejemplos de argumentos típicos que resultan no ser muy buenos. Espero que haya encontrado alguno que le sea familiar y lo recuerde cuando alguien intente convencerlos de algo sin esforzarse mucho.



"Un día te va a pasar algo que te haga cambiar de opinión"

Lo primero que da a pensar un comentario así es que alguien está demasiado ansioso de vernos admitir nuestro supuesto error. Y eso pudiera ocurrir: algo podría pasarnos y con ello, sí que pudiéramos cambiar de opinión.

Pero a menos que lo acontecido sea precisamente una prueba razonable de lo contrario, ¿Qué tanto aporta ese cambio de opinión a la realidad de las cosas?

Piense. Muchas formas de pensar que tenemos no han resultado de una reflexión analítica. Son simplemente una cuestión de circunstancias y, por supuesto, un cambio de estas circunstancias pudiera llevarnos a un cambio de opinión.

El punto es: ¿Implica este cambio de opinión que la nueva forma de pensar es la correcta y que la anterior era equivocada?

No necesariamente.

Si usted es un ateo militante y mañana se ve envuelto en una tragedia que parece demasiado grande de soportar, quizá usted en su desesperación cambie de opinión y comience a rezar con fervor buscando algún consuelo. Pero si Dios no existía ayer, no comenzará a hacerlo hoy porque usted haya cambiado de opinión. Ni siquiera si ese cambio de opinión le proporciona a usted consuelo y usted se arrepiente de su forma de pensar pasada. Y exactamente lo mismo aplicaría en el caso opuesto.
De hecho, sin ser una regla es perfectamente posible que alguien cambie su forma de pensar basada en realidades por otra basada en supuesto, mayorías o conveniencia pura.
La opinión puede estar basada en la realidad, pero la realidad no depende de la opinión.


La voz del pueblo...

Sin necesidad de sacar cuentas, si algo tiene un buen nivel de popularidad parecerá defendible por si mismo (piense en la frase clásica de muchos comerciales: "x miles de personas no pueden estar equivocadas").

Las razones de la publicidad son simples: vender, el producto puede ser bueno o no. De hecho, es sabido que al menos a corto plazo, se venda más un mal producto bien anunciado que un buen producto con mala publicidad. Así que mi punto es que no hay que confundir lo que por algún motivo se vende más con lo que es bueno, o dicho de otra forma, la razón no es democrática (al menos no por fuerza).

Por lo anterior, cuando alguien le diga que piense como la mayoría, deténgase a pensar primero si efectivamente es la mayoría la que cree eso, si fuera así, concédale luego la importancia que requiere (no le aconsejaría intentar razonar con una turba enfurecida, por ejemplo), pero no concluya erróneamente que por ser una cuestión de mayoría, automáticamente esto la hace cierta. Y no hablo mal de la democracia, simplemente digo que con ella lo que garantizamos (en caso de que sea real) al menos quedará lo que la mayoría quiso, aunque no forzosamente sea lo más juicioso. Y no le hablo de teoría, le hablo de una triste realidad que comprobamos con frecuencia en la vida diaria. La verdad es que cualquier número de personas SI que puede estar equivocada.

"Yo no creo en coincidencias"

Esta frase suele venir de personas que petulantemente intentan establecer su propia seriedad respecto a algunos asuntos. Personas que se consideran más allá del engaño y que están seguras de que saben reconocer algo cuando lo ven.

Sin embargo, existe un problema: Las coincidencias ocurren, y esto es un hecho matemático.

Pero es probable que la persona no lo ignore, simplemente exagera un poco al intentar decir que no se deja convencer fácilmente. Lo cual nos parece muy bien de su parte. Pero es fácil malinterpretar las cosas cuando quisiéramos verlas de modo diferente y con frecuencia, la gente desdeña los números y se deja llevar por la impresión.

Y así ocurre que sacan malas conclusiones o pretenden que los demás las saquemos: "¿Qué posibilidad tenía usted de existir? Pues resulta que la posibilidad es tan baja que sin duda usted está aquí por algún propósito." O, si alguien gana la lotería dirán: "¿Qué posibilidades tenía de ganar? Seguramente estaba arreglado." El problema de los dos ejemplos anteriores es que si no hubiera sido de la forma en que fue hubiera sido de otra y ya, pero ellos volverían a decir exactamente lo mismo.

Un argumento así vale la pena de examinar matemáticamente, pero no por sonar serio se convierte en válido.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Malos argumentos y fallas de lógica (parte II)

Hay de argumentos a argumentos...


He aquí más bobadas que suelen pasar por argumentos...

“Lo dijo Einstein”

A pesar de la admiración que muchos profesemos a Einstein, mantendremos la sensatez a tono si nos aseguramos de respetar su conocimiento exclusivamente en los campos en los que él era una experto (cosas como la física de fenómenos a velocidades cercanas a la de la luz). Sin duda hay más de una cosa en la que Einstein no era especialmente genial.

No hay expertos absolutos aunque haya gente muy inteligente. Por ello, si le dicen que algo con lo que usted no está muy de acuerdo fue apoyado por alguna celebridad, no está de más verificar si el desacuerdo no ocurrió en algo en lo que el famoso no era un experto. No se alarme tan pronto.

De todas formas, tenga en mente que gran parte de las veces, a las celebridades se les atribuyen opiniones o frases que en realidad no dijeron o que han sido sacadas de contexto. Así que, nuevamente, investigar es la mejor opción antes de pensar que tenemos un excelente argumento en las manos (o de que alguien nos lo quiera aplicar indebidamente).


“¡Así es como pensaba Hitler!”

Caso opuesto al anterior. No es muy tranquilizador que le asocien a uno con este señor de tan mala reputación, pero ya que tuvo tanta influencia sobre tanta gente, yo pensaría que quizá en temas como la retórica pudiéramos aceptarle uno o dos consejos.

Lo que intento decir es que hasta gente con la peor reputación puede tener ideas dignas de ser analizadas a fondo. Rechazar algo sobre la única base de que era parte de las ideas de una persona indeseable parece justificado (la asociación puede ser demasiado fuerte), pero no es válido. Y si lo piensa mejor, quizá encuentre que también es algo prejuicioso con la persona criticada.


“Si no estás conmigo estás contra mí”

Si usted ha empleado esta dramática frase, probablemente ignore que al hacerlo se ha puesto un tanto bíblico.

Quizá alguien con la autoridad del dios judeocristiano pudiera emitir un juicio tan tremendista sin equivocarse, pero nadie en la vida real podemos darnos ese lujo. Pero por lo general, este tipo de comentario no es una apreciación limitada de las cosas, sino otro gran intento de manipulación.

Esta es una falacia lógica conocida como “falsa dicotomía” y hace referencia a que alguien nos pone en una situación que supuestamente tiene solo dos salidas posibles: Una es -por supuesto- la que favorece al que la emite, y la otra resulta ser tan mala que nadie la escogería. Saque usted sus propias cuentas.

Pero como puede imaginarse, las cosas no son así en realidad. Hay grandes probabilidades de que la situación tenga muchas otras salidas (o explicaciones). Si yo le digo a usted que ‘si no me apoya es que me odia’, estoy implicando cosas gratuitamente. Puede ser que simplemente a usted el asunto no le importe en absoluto (hay una gran distancia entre odio e indiferencia), o quizá no está de acuerdo conmigo (pero no me odia) o quizá está totalmente de acuerdo conmigo (pero no le es posible apoyarme). Así que este "argumento" es pura y simple manipulación.

Un buen ejemplo de la efectividad de este tipo de falacia: Hasta unos años atrás, muchas mujeres vírgenes ingenuas eran coaccionadas a convertirse en señoras con un “si no te acuestas conmigo es que no me quieres” (claro que, sospecho que la coacción no era la única causa a veces).

Por cierto, 'si usted no está de acuerdo conmigo en esto es porque odia los razonamientos claros'.


“¡Tengo derecho a mi propia opinión!”

La explicación de este mal argumento me gustó mucho desde la primera vez que lo revisé (repito: Léalo directamente en CRIMES AGAINST LOGIC, de Jamie Whyte), porque su uso es tan frecuente que muchos lo dan como un cierre aceptable para una discusión.

Y es que no hay nada malo con la frase. En un sentido estricto, nadie puede quitarme mi derecho a creer que las vacas vuelan si eso decido creer, pero precisamente el problema es que los derechos no tienen nada que ver con el punto.

Me explico: Si usted cree una cosa y yo creo lo contrario, nuestra conversación sobre ese tema no será una simple exposición de opiniones opuestas. Piénselo bien. Uno explica en qué se basa para pensar de esa manera, y con ello, explica por qué cree que el otro está equivocado. Si de pronto uno de los dos se molesta y dice que 'tiene a derecho a su propia opinión', está dando un giro extraño a la discusión porque nadie intentó quitarle ningún derecho (a menos que usted esté apelando a su derecho de que nadie intente sacarlo de su error).

La gente dice "tengo derecho a mi propia opinión" con aire de dignidad ofendida cuando en medio de una discusión se queda sin argumentos válidos qué esgrimir. Así que este comentario resulta ser una simple salida ilógica a la discusión: Jamás se debatió su derecho a creer cosas indefendibles. Se trataba de presentar bases válidas para su punto de vista y evidentemente se quedó sin ellas.

Pero fíjese: Cuando usted y yo fracasamos en ponernos de acuerdo entre dos opiniones opuestas, inevitablemente alguien tiene que estar equivocado porque dos cosas opuestas no pueden ser ambas ciertas a la vez. Es imposible, por tanto, que ambos tengan la razón y en este punto sería bueno preguntarse: ¿Qué significa entonces "tener derecho a su propia opinión"? Si existe tal derecho, de poco le servirá al que esté equivocado. La cuestión de derechos nada tiene que hacer en una discusión sincera y que busca encontrar la verdad en lugar de que alguien se salga con la suya.

Este seudoargumento funciona porque las cuestiones de derechos parecen siempre intocables. ¡Qué efectivo puede resultar si a media discusión de pronto yo le acuso de querer violar mis derechos en lugar de darle un argumento lógico válido!


“Es una cuestión de fe”

Este supuesto argumento es tan pobre que no le dice absolutamente nada a alguien que utiliza su sentido crítico a pleno, pero aún funciona en algunas personas.

¿Cómo se da? Pues usted pregunta por qué se supone que las cosas son de cierta manera, recibe varias explicaciones y cuando llega a algo que le costará trabajo creer, entonces le dicen “es una cuestión de fé”. Esto simplemente equivale a: “No tengo otra explicación convincente que darte, pero si quieres que tenga una buena opinión de tí, confórmate con eso.”

Y repentinamente, aceptar algo sin más ni más pasa de ser una absoluta imprudencia a una total virtud. Si usted pide pruebas es arrogante. Si acepta lo que le digan sin discutir entonces es una persona humilde y merecedora.

Cuando alguien termina una explicación diciéndole que es una 'cuestión de fe'. Usted ya sabe que no podrá llegar más lejos. En realidad, pedir fé no es ofrecer un argumento sino admitir públicamente que no se tiene ninguno.


“Es un misterio”

(Puede leer más de esto en una entrada previa). Decir que algo es un misterio para cerrar una discusión de manera mística es otra forma de admitir que no se cuenta con nada más sustancial. Equivale a decir: “es contradictorio, es raro, es absurdo, pero así es por motivos imposibles de conocer y no existen opciones”.

Es inevitable considerar la posibilidad de que se trate de un mal enfoque o de la falta de imaginación (o conocimientos) para explicar algo. Pero si yo le digo a usted algo como: “Metí cuatro pelotas en esta caja y al abrirla salieron solo tres por razones misteriosas” me estoy cerrando el mundo y pretendo que a usted se le cierre también. Existe muchas posibilidades, algunas demasiado sencillas, respecto al por qué no hay cuatro pelotas. No hay tal misterio, sino incapacidad de explicar o ganas de engañar. El único misterio es cómo alguien puede conformarse con una explicación tan lastimera.


(sigue... probablemente)

Violencia

Impactado ante los recientes hechos de violencia en ciudad Juárez y Torreón, pedí a mi amigo Gerardo Martínez nos explique un poco sobre este hecho a la luz de -como lo dijera Einstein- lo más precioso que tenemos: la ciencia. Él tuvo la gentileza de enviarme un texto suyo que ya había sido publicado con anterioridad, pero que ahora lo presentamos aquí. Gracias a Gerardo por su fascinante artículo. 



LECTURAS DE LA MENTE
Por Juan Gerardo Martínez Borrayo
Departamento de Neurociencias
Universidad de Guadalajara

Anatomía de la agresión

Algo que me sorprende mucho de los noticieros es la cantidad de tiempo y espacio que dedican a la llamada nota roja; en mi opinión esto puede ser porque o estamos morbosamente interesados en ese tipo de información o bien es porque se suscitan muchos hechos de sangre. 

Si somos una sociedad violenta entonces cabe hacer la pregunta sobre cuál es su origen; de entrada debo de decir que no existe una única respuesta a este problema, por lo cual nos vamos a concentrar en una sola respuesta: el de la psicobiología. 

En 1972 un equipo internacional de psicólogos inició uno de los más grandes estudios longitudinales (es decir que se realizan a lo largo de muchos años) jamás realizados; a este estudio se le conoce como el “estudio multidisciplinario Dunedin sobre salud y desarrollo” el cual ha realizado el seguimiento de mil personas nacidas en Nueva Zelanda, en la ciudad de Dunedin, a lo largo de 34 años.
Terrie E. Moffitt del Colegio Real de Londres, es uno de los investigadores que ha estado al cargo de este estudio examinando, entre otras cosas, la conducta antisocial ligada a la violencia física; él ha dividido a estos sujetos dentro de dos categorías: aquellos que están entre los 13 y los 15 años y cuyos actos delincuentes paran casi inmediatamente y aquellos cuyos actos violentos se pueden rastrear desde la infancia y que continúan hasta la edad adulta. 

Una de las primeras cosas que llama la atención de este segundo grupo es que la gran mayoría de ellos son hombres; de aquí se ha propuesto que uno de los mayores factores de riesgo es ser hombre; por ejemplo, según datos del FBI, el 90.1 % de los arrestados por asesinatos violentos son hombres y sus acciones dan cuenta del 82.1 % del total de arrestos ligados a crímenes violentos. 

Esto no quiere decir que las mujeres no sean violentas, sino que la forma en que la expresan es de manera encubierta, indirecta; en parte esto se debe que hacer agresiones indirectas requiere de más inteligencia social, cosa que las mujeres aprenden mejor y más rápido que los hombres. 

En cambio los hombres tienen deficiencias en el aprendizaje de reglas sociales, poca capacidad de empatía e impulsividad. Pero lo peor del caso es que ni siquiera saben porque hacen lo que hacen; Ernest S. Barratt de la Universidad de Texas, entrevistó a prisioneros en 1999 y les preguntó por qué hacían una y otra vez actos criminales; y la mayoría respondió que no lo sabía y además creían que no eran capaces de controlar sus impulsos por lo que aseguraban que iban a volver a delinquir. 

La investigación realizada por el lado de las neurociencias ha señalado que la conducta violenta puede tener su origen en ciertas regiones cerebrales que están ligadas al control de las emociones; específicamente se propone a la corteza prefrontal ya que esta área tiene que ver con la toma de decisiones y la inhibición; la idea central es que existen áreas cerebrales en donde nace la agresión y el miedo (específicamente se habla de la amígdala y el hipotálamo, dos estructuras que conforman el sistema límbico) y que cualquier defecto en la capacidad de inhibición de la corteza prefrontal sobre estos impulsos va a causar una inmoderada reacción emocional y por ello la conducta violenta. 

La evidencia que apoya esta hipótesis proviene de diversos estudios; Jordan Grafman, del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, ha descubierto que en los veteranos de la guerra de Vietnam que tienen lesiones en los frontales tienden a ser más agresivos, desinhibidos, impulsivos y con conductas inapropiadas; Antonio R. Damasio, del Colegio de Medicina de Iowa, en los Estados Unidos, documentó el caso de un niño al que se le removió un tumor del frontal derecho cuando tenía 3 meses de edad y que a los 9 años era retraído, aislado, sin motivación para la escuela y agresivo, a pesar de que vivía en un hogar con padres cariñosos. 

El mismo Damasio describe otro caso en que un niño de 15 meses sufrió daño en los frontales por un accidente de carro; conforme pasó el tiempo se volvió todo un problema dado que peleaba a todo el mundo (incluyendo a los padres y los maestros), no seguía reglas y robaba; al igual que el anterior caso, el problema no podía provenir de la familia, ya que tenía varios hermanos y todos ellos eran normales. 

Evidencia adicional proviene de los estudios realizados por Adrian Raine de la Universidad del Sur de California, que estudio a convictos usando la tomografía por emisión de positrones para medir los niveles de actividad metabólica de los asesinos en las regiones frontales; lo que encontró es que solo existen diferencias entre aquellos asesinos que realizaron su acto criminal por impulso, no en aquellos que los planearon y lo realizaron a sangre fría. 

El mismo Raine estudio con otra técnica de visualización del cerebro a estos asesinos que habían planeado su crimen; lo que encontró es que el volumen de materia gris del área prefrontal era 22.3 % menor comparado con sujetos normales. 

Otras investigaciones han descubierto asimetrías en el funcionamiento del cerebro y se especula que ello causa una inhabilidad del hipocampo y de la amígdala para trabajar juntos y por ello la información emocional no es procesada correctamente. 

Otras líneas de investigación se centran no en áreas cerebrales, sino en las sustancias químicas con las que trabaja el cerebro; hay dos candidatos principales: la serotonina (la cual normalmente tiene funciones inhibidoras y de reducción del miedo) y la testosterona (específicamente en los hombres). 

En apoyo a esta última hipótesis James Dabbs, de la Universidad del Estado de Georgia, ha conducido varios estudios en los que demuestra que la conducta violenta está ligada a altos niveles de testosterona, proviniendo esta diferencia ya sea por factores genéticos o ambientales (personas que fueron abusadas en su infancia tienen siempre menos serotonina). 

Todos estos datos nos dan una idea de cuáles pueden ser las raíces biológicas de la violencia, pero debemos de recordar que este es un fenómeno multifactorial en el que influyen el abuso en la infancia, cuidados parentales inadecuados, el que haya padres criminales y la pobreza. 

Quedan muchas preguntas todavía sin contestar como por ejemplo, ¿Por qué no todos los que han sufrido una infancia terrible terminan siendo criminales? Y ¿Cuál es nivel de responsabilidad que tienen los criminales?; pero sobre todo ¿se pueden identificar a los potenciales criminales y se puede intervenir antes de que sean ya unos malhechores?; en esto se centraran las futuras investigaciones.

miércoles, 27 de enero de 2010

HAARP y el terremoto de Haití





The Lone Gunman

Si usted es fan los recordará, si no se los presentamos. Mulder y Scully, personajes de la famosa serie The X Files, recurrían cuando había oportunidad a un trío un tanto desequilibrado: “The Lone Gunman” o,   como es más o menos su equivalente en castellano, “El Matón solitario”. El nombre era una referencia a Harvey Lee Oswald, asesino de Kennedy de acuerdo a la historia oficial. Pero esta, como cualquier versión oficial de la realidad, era tomada en broma en el boletín que publicaban con el mismo apelativo del equipo. 


Para asombro del grupo, su cariz paranoide palidecía comparado con las ocurrencias de Fox Mulder: “Por eso nos caes bien” confiesa uno de ellos en su capítulo debut, “tus ideas son más locas que las nuestras” manifestando así cómo sus teorías sonaban algo insensatas incluso para ellos.

Las conspiraciones en efecto ocurren en el mundo real, independientemente de la parodia de los Lone Gunmen: Rasputín, Zapata y Lincoln fueron todos hechos muertos merced de conspiraciones. El arte es detectar cuando en efecto ocurren, y cuando tan sólo responden al impulso humano de encontrar un patrón donde no existe.

Alimentado por la indiscutible impericia de las autoridades en materia judicial y peor manejo de la comunicación, México es un país fértil para las teorías de conspiración que se abona -por si faltara algún ingrediente-, gracias a una corrupción rampante. Ello no es indicativo, impero, de que toda idea chiflada sobre el gobierno sea cierta a priori. Y así como los mexicanos desconfiamos de nuestro gobierno, la fe en nuestro vecino del Norte no es ni con mucho mayor. He aquí otro campo fértil para la conspiración.

Como es bien conocido, el martes 12 de enero un terremoto sacudió la Isla de Haití. El suceso tuvo lugar en la Falla Enriquillo-Plaintain Garden corriendo 16 kilómetros desde Puerto Príncipe, y es la intersección de las placas de Norte América y el Caribe. Estas se deslizan lentamente una sobre la otra ocasionando una falla del mismo tipo a su contraparte en California (la falla de San Andrés), y como esta, la falla de Enriquillo-Plaintain Garden ha estado acumulando presión durante casi dos siglos, hasta que ese día  (con sus réplicas subsecuentes) se liberó.

El sismo tuvo una intensidad de 7 grados Ritcher. Las condiciones del terreno fangoso bajo la capital de Haití, más la mala condición de los edificios acrecentó el daño más de lo que hubiera causado en otra localidad castigada con una sacudida igual. Al día de hoy la macabra cifra de descensos alcanza los 150 mil en lo que sin duda una de las grandes tragedias de la historia moderna.

 Muchos dejaron rienda suelta para sus propias fobias y prejuicios tras el suceso. Un supuesto experto apareciendo con el “periodista” Ricardo Rocha  (creo que se ha ganado a pulso las comillas; su última cruzada fue negar la existencia del virus del SIDA) declaró irresponsablemente cómo el terremoto pudo haber sido a causa del gobierno de los Estados Unidos. ¿El móvil? Tomar posesión miliar de la isla. ¿Pero cómo se puede causar un terremoto? De acuerdo al entrevistado, merced de ondas electromagnéticas de alta energía lanzadas desde Alaska, a las cuales se les hace coincidir en un sitio particular de la falla, creando una sacudida como lo hizo. El nombre del proyecto es Haarp y La periodista Sharon Weinberger lo ha llamado “el Moby Dick de las teorías de conspiración”. Después de revisar la interminable letanía de acusaciones contra el aparato (cambios climáticos, erupciones climáticas, lectura del pensamiento), más parecería “la máquina del diablo”.

Se trata de una declaración tan lamentable e irresponsable como es posible trazarla. Por principio el proyecto HAARP no tiene nada qué ver con cambiar el clima, sino con el estudio de cómo los cambios en el campo electromagnético en la ionósfera de la tierra afecta las telecomunicaciones (la ionósfera es una zona intermedia entre la atmósfera y el campo magnético exterior de nuestro planeta). Las antenas no son direccionales, sino que están fijas, como las viejas antenas de televisión, además de que, por ser de alta frecuencia, la mayor parte de la señal escapa al espacio (esta es la razón por la cual los radios de onda corta, no los de alta frecuencia, tienen mayor alcance, porque la atmósfera de la tierra rebota sus ondas). 

Por último, no hay forma de saber cómo dichas ondas podrían penetrar diez kilómetros bajo la superficie del planeta, que es donde el sismo se crea.  La idea es un disparate de principio a fin, y sin embargo mucha gente (algunos incluso con estudios universitarios) le dieron el beneficio de la duda, una muestra más de cómo las fobias son más poderosas que la razón. 

Personalmente creo que si el malvado Tio Sam fuera capaz de semejante fechoría, ¿por qué no mejor habría de utilizarla en Cuba, una nación donde ya tienen una base y que además es hostil a los Estados Unidos?

Y como dirían los Mythbusters de la televisión: ¿Estados Unidos creó un terremoto en Haití? Busted. 


PD: El terremoto ocurrió un martes 12 y no un martes 13, como la superstición haría pensar.

martes, 26 de enero de 2010

Malos argumentos y fallas de lógica

¿... y por qué dices que te creció la nariz?



Tal como lo señala en forma divertida y completa el excelente libro CRÍMENES CONTRA LA LÓGICA del filósofo Neozelandés James Whyte, existe una serie de faltas a la lógica en las que incurrimos de manera cotidiana muchos de nosotros y con más responsabilidad aún los medios, los vendedores, los políticos, y una buena mayoría de autoridades religiosas.

A nivel personal, puedo decir que la revisión y análisis de estas faltas ha cambiado mucho mi forma de argumentar, entre otras cosas porque he estado aprendiendo a distinguir lo que es un verdadero argumento de lo que son simples (y con frecuencia poco brillantes) salidas a una discusión.
Pero vivimos en un entorno donde el engaño y la falta (intencional) de claridad están a la orden del día, así que la utilidad más importante de esto es aprender a distinguir estas falacias o errores intencionales cuando alguien las use para convencernos de algo que merezca una segunda pensada. Como veremos, la mayoría de estos “seudoargumentos” son tan clásicos que ni siquiera alcanzamos ya a percibir su escaso valor para defender un punto.

He recopilado en esta primera parte un resumen de varios ejemplos aplicados de estos (la mayoría los he revisado y seguiré revisando en otros artículos), espero continuarlos más adelante.


“Es natural” (U “ocurre en la naturaleza”)
Muchos informerciales parecen considerar completa la exposición de las supuestas virtudes de sus productos en el momento que anuncian –repitiéndolo sin misericordia a lo largo de 15 min.– que se trata de productos “totalmente naturales”.

Primero que nada, es muy discutible el qué tan "total" puede ser el grado de natural de algo que se vende por televisión, pero de hecho, el punto central es otro: No hay razones absolutas para establecer que algo es bueno o mejor por el sólo hecho de no haber sido manufacturado por el hombre. Es cierto. La naturaleza nos supera en muchas cosas, pero ¿eso lo dice todo?

La mayoría de nosotros tiene (o presume tener) sentimientos sublimes por la naturaleza, pero hay más romanticismo que utilidad práctica en esto. Pensando un poco, cualquiera puede ver que la naturaleza ofrece una larga lista de cosas poco deseables, junto con tantas cosas buenas: venenos de todo tipo y peligrosidad, sustancias irritantes, bichos atemorizantes, etc. También, según como usted lo vea, muchas enfermedades y padecimientos son relativamente comunes en la naturaleza.

Y respecto a los comportamientos que “se dan en la naturaleza”, creo que hay más ejemplos desagradables que buenos. Por ejemplo, sería verdaderamente inoportuno señalar en un juicio por fratricidio que los polluelos de algunas aves arrojan del nido hacia la muerte a sus hermanos para asegurar supervivencia en épocas de poca comida. Tampoco le aconsejaría a un abogado que intentara convencer lo erróneo de la legislación contra el asesinato mediante afirmar que se trata solo de la comprobación de una ley “natural”, “la supervivencia del más apto”.

(En casos tan polémicos como la homosexualidad, donde la afirmación en la que intenta justificarse la intolerancia se basa justamente en lo opuesto, esto es, que “no es natural”, las cosas son distintas. Aquí, la exposición de ejemplos en la naturaleza constituye precisamente el contraargumento directo, y por tanto, es la forma de responder para llevar al acusador a sus propios terrenos.)

Para balancear, en adelante cuando oiga que algo es bueno por ser natural acuérdese del aroma que despide su ropa cuando no se pone desodorante. Por cierto, ¡qué más natural que esto!


“Es arrogante pensar así”
La arrogancia, en su mala acepción es simplemente altanería, soberbia (RAE). Si pudiéramos escoger, casi todos preferiríamos no ser calificados así. Pero un "argumento" como este aporta muy poco al conocimiento sobre la realidad de algo y más bien habla de la opinión o el enfoque del acusador sobre "el arrogante" y su opinión.

Acusar a alguien de arrogante muchas veces es una modesta treta para hacerlo lucir mal. A nadie se nos hace fácil conceder la posibilidad de razón a quien presume arrogantemente de tenerla, y por ello el truco es muy efectivo (y socorrido). Pero -fuera de que jactarse pueda ser de mal gusto o no- lo cierto es que no hay una razón válida aún para descartar las posibles bases que pueda tener el "arrogante" para creer u opinar lo que crea.
Cuando alguien señala, por ejemplo, que es "arrogante pensar que estamos solos en el universo", está descartando de golpe otras posibles (buenas) razones para esta opinión. Razones objetivas como la falta de evidencia real (por razones que luego platicaremos, no cuentan como evidencia los "relatos sinceros", las conclusiones precipitadas, la falta de imaginación para explicar de forma más simple las cosas o el exceso de ella). La persona que acusa de arrogancia simplemente parece creer que la única razón por la que alguien negaría que hay vida extraterrestre es porque se cree único (como especie). Esto no habla muy bien de las capacidades imaginativas de la persona y, de pasada, implica que ella misma sí es humilde.
Pero como digo, la afirmación puede tener sus bases válidas y estas deberian ser revisadas con menos prejuicio. El que se afirme de modo altanero y arrogante, o de forma educada y humilde no tiene impacto en los hechos. Si me admite la comparación: Una perla puede lucir mucho más acomodada sobre terciopleo negro que en una humilde caja de cartón, pero su valor intrínseco es el mismo.

“Sería triste si fuera así”
Mucha gente relaciona sin advertirlo los sentimientos con las realidades.
Por ejemplo, dicen cosas como: "sería triste pensar que no hay nada después de la muerte".
Estamos de acuerdo con lo triste de esto. Por lo general, vivir es una experiencia placentera y la muerte no es una perspectiva nada agradable para nadie. Pero la tristeza de este hecho no aporta nada a la realidad. Lo triste que sea algo no es un argumento de que las cosas sean de otra forma.

Le doy un ejemplo: Imagine que usted fue ayer al estadio a ver un encuentro de futbol de los llamados "clásicos". Considerando que el lugar estaba abarrotado, que a nadie le suele sobrar el dinero por estos días y que la honestidad se ha convertido en algo infrecuente, usted sería poco realista si encuentra consuelo en el pensamiento de que su cartera sigue allí donde usted la tiró con todo su dinero.
¿Verdad que es triste perder el dinero ganado duramente? Seguro que si. Le acompaño en su dolor. Pero aún cuando todos sus amigos se pongan tristes con la pérdida (quizá estaba por pagarle a algunos o invitarles algunas cervezas), toda la tristeza reunida no cambiarán las cosas.
Respecto al ejemplo de la vida después de la vida. La pura idea puede ser consoladora. Pero enfrentemos maduramente el hecho de que no hay evidencias reales. Yo diría que usted no debiera arriesgar su vida o desperdiciarla contando con que habrá tiempo para hacer cosas después de muerto porque "sería triste pensar que no hay nada después de la muerte".
Para creer algo que tenga probabilidades de ser cierto, hacen falta bases reales, un argumento apegado a la realidad, una prueba que confirme lo opuesto. No habiendo nada de esto, simplemente “lo que hay, es lo que hay”, triste o no.

¿Le parece que soy cruel o excesivamente crudo? No es mi intención, créalo. Pero el hecho es que hay mucha gente que usted y yo conocemos que no tienen muchos escrúpulos en usar "argumentos" como este, basados en sentimentalismos, para ilusionarle. Y cuando la gente se ilusiona con algo (piénselo) es una víctima más fácil al engaño.

“Quizá yo esté mal pero tú no estás mejor”
¿Quién no lo ha dicho alguna vez? No es un mal comentario cuando se trata de poner en su sitio a quien intente demostrar cierta superioridad moral, pero cuando verdaderamente queremos ser objetivos tenemos que reconocer que no hay mucho aporte: Si usted está mal y yo también, los errores no se anulan entre sí. De hecho, lo único garantizado que se tiene ahora son DOS cosas qué resolver.

Quizá ambos estemos mal, pero el dicho dice de esto que 'es un consuelo para tontos'. El proceder a seguir es corregirnos, incluso, corregirnos nosotros solos si el otro insiste en su error.
Como argumento no vale mucho.


“Es lo nuevo”
La vanguardia siempre es una posición que despierta cierta emoción, pero, fuera del ámbito de la moda, este “argumento” no aporta gran cosa a la validez de un concepto o de un producto.

Una idea puede ser innovadora (o incluso presumir de serlo sin ser cierto), pero el valor que esto puede aportar a un concepto es escaso y no tiene relación con su validez. Habrá cosas nuevas que se impondrán por buenas, otras simplemente pasarán de largo cuando dejen de ser nuevas.

Simple como luce, decir que un objeto o una idea "es nuevo(a)" se suele exhibir como un argumento de aceptación que con frecuencia funciona.


“Es sabiduría antigua”
Curioso: un argumento directamente opuesto al anterior y sin embargo muy de moda, especialmente en todos aquellos infomerciales que echan mano de la “sabiduría maya”, o china o cualesquier otra civilización antigua de la que no conozcamos todos sus secretos.

Todas las civilizaciones tenían conocimientos admirables, al menos considerando sus desventajas contra nuestro tiempo en que nos son naturales cosas como la electricidad y las computadoras. Pero por más que nos pasme enterarnos de los grandes adelantos con los que contaban entonces o la emoción que pueda causarnos lo que aún no conocemos de ellos, no hay una razón real para esperar cosas verdaderamente portentosas o que no conozcamos ya nosotros.

Aún si de vez en cuando nos llegan evidencias de que algún remedio común resulta ser un beneficio olvidado que se vuelve a poner de moda por barato o efectivo, recurrir a esta cantaleta para vender algo es una treta en la que usted no debiera caer. Las cosas no son fantásticas solo por ser antiguas, y de hecho, hay un montón de cosas antiguas que nada tienen de envidiarse y usted puede hacerse una buena lista de ellas.


“Existen estudios científicos…”
Hay demasiada liberalidad en cuanto a lo que la gente llamamos “científico”, pero hasta quienes menos imaginamos parecen estar de acuerdo en lo tranquilizante que resulta esta etiqueta (allí está el llamado “creacionismo científico”, nada menos).

Sin embargo, hay demasiadas cosas implicadas en hacer algo “científicamente” y aunque hay todo tipo de situaciones, un verdadero científico sabe que los tan citados “estudios científicos” deben distinguirse por una rigurosidad extrema, misma que asegura a buen grado que las conclusiones derivadas no sean causadas por una simple casualidad, una mala comprensión de lo que se vio, o ruido o sesgo estadístico. ¿Cuáles son los mencionados "estudios científicos"? ¿Quién los hizo? ¿Cómo se evitó el error?

No digo que sea fácil averiguar la verdad detrás de la afirmación, pero ser escéptico e investigar un poco más siempre es una buena medida, sobre todo cuando le suene estrambótico eso que supuestamente demuestran los “estudios científicos”.

“¡Claro!, dices eso porque te conviene...”
Me atrevería a decir que es "normal" que mucha gente decimos que algo es correcto solo cuando nos conviene (si usted nunca lo ha hecho, le felicito realmente, aunque le diré que sería algo ingenuo esperar lo mismo de todos los demás). Pero el hablar a favor de algo no implica que usted lo haga solamente porque le convenga.
Por supuesto, tampoco podemos afirmar lo contrario: que la gente habla en contra de algo solo porque personalmente no le conviene. La realidad es independiente de conveniencias y si lo que a usted le conviene también resulta afortunadamente cierto, no hay nada que hacer por más que a alguien le moleste la coincidencia. Y ciertamente sería absurdo que usted opinara lo contrario solo para no ser objeto de sospecha.
Como argumento lógico esto no tiene nada de fuerza.

(continúa)

miércoles, 6 de enero de 2010

Número seis revista Galeno




 Primeramente les deseamos lo mejor para este año 2010 y esperamos hayan pasado un grato fin de años en compañía de sus seres queridos.

También les avisamos la disponivilidad del número seis de Revista Galeno, el cual está disponible aquí. En este número se discute, entre otras cosas ¿qué fue la estrella de Belén? Sobre el Ardipiteco, nuestro pariente directo más lejano, sobre qué nos hace altruistas y mucho más.

Quisiera aprovechar para informar que la Revista Galeno impresa espera llegar a una nueva etapa por lo que se tomará una pausa para volver con un concepto renovado. Entre tanto, el blog continuará funcionando y actualizado.


Muchas gracias y un nuevo abrazo para todos.