martes, 10 de noviembre de 2009

Día de Sagan



Seguro el lector sabe esto ya, pero el sábado pasado el astrónomo norteamericano Carl Sagan hubiera cumplido 75 años. El día fue nombrado “Día de Sagan”, y una serie de actividades fueron realizadas en su nombre.

Sería un error que la dificultad para decir algo nuevo sobre el célebre e imperecedero astrónomo nos intimidara a seguir hablando de él. Sagan fue un fenómeno único: perfecta combinación de erudición, afabilidad, claridad, y una calidez humana irresistible. Recorrer el universo en su serie Cosmos era, más que un viaje astronómico, una experiencia de vida.

Pero el doctor no únicamente era capaz de grabar imágenes inolvidables en nuestras mentes. Poseía una preocupación apasionada por el futuro de nuestra civilización. Dibujó lo que llamó nuestra “adolescencia tecnológica” desde una perspectiva extraterrestre, y como Adán y Eva contemplando por primera vez su desnudez, Sagan nos hizo palpar nuestra pequeñez y vulnerabilidad. Nuestro planeta, una partícula insignificante en el vasto océano del espacio; nuestro tiempo, un privilegiado suspiro en la noche de la eternidad. Del polvo de estrellas y del linaje de microbios nació inesperadamente la curiosidad e inteligencia humanas contemplando no sólo sus inesperados orígenes, sino su posible y trágica destrucción.

Pero había un paso más adelante. Tal vez no somos ni hemos sido los únicos viviendo o que han vivido tal predicamento. Tal vez la vida y la consciencia ha brotado por doquier en el Universo, y se han convertido, como Sagan solía decirlo, en ciudadanos del Cosmos.

Extraviamos a nuestro embajador del Cosmos cuando perdimos a Sagan. Hoy, cuando recordamos su labor invencible, es tiempo de decir cuanto, cuanto lo extrañamos.





5 comentarios:

  1. Este tributo y joya de divulgación lo pueden encontrar disponible por $300 pesos. Bien vale la pena contarlo en nuestra videoteca.
    Felicidades Pepe.

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  2. Muchas gracias, estimado Juan José, por este homenaje al Dr. Sagan. Honrar, honra.

    Un abrazo.

    Dumois

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  3. Quise decir, José Jesús. (El alemán ese, no me acuerdo cómo se llama, me trae penloco.)

    Cordiales.

    Dumois

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  4. José, gracias por traernos a la mente al buen Sagan a los que somos olvidadizos con los aniversarios. En lo personal, fue este hombre, con su diplomacia, con su amabilidad, su claridad y su evidente deseo de traer la ciencia a cada uno quien finalmente me ayudó a liberar la mente de algunas cargas que traía cargando desde pequeño. Yo también le echo de menos.

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  5. Hola, muchas gracias a todos por sus comentarios. Un saludo!

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